Es curioso como la ciencia puede contribuir al mundo a través de sus múltiples facetas. Gracias a la ciencia hemos sido testigos de grandes descubrimientos, inventos y otro sinfín de sucesos que han cambiado nuestra vida. Pero también es cierto, que la ciencia puede mostrar sus conocimientos para generar creatividad y arte en estado puro. 

El caso más reciente lo encontramos en un proyecto cautivador, no sólo por su colorido, sino también porque muestra una cara diferente de la realidad. Hablamos del proyecto llevado a cabo por BevShots, que ha consistido en hacer fotografías muy atractivas de diferentes cócteles alcohólicos. Pero en este caso, la belleza no radica en las gotas de color del líquido, ni en los posibles complementos que envuelvan a un Martini. Lo atractivo de las fotografías radicaba en la visión que tienen los microscopios de estas bebidas cristalizadas y fotografiadas bajo la luz polarizada. 

Los resultados son increíbles: podemos ver una cerveza con unos tonos vibrantes, y un margarita capitaneado por líneas coloristas rectas que recuerdan a unas plantas. La bebida Bloody Mary o un Tequila Sunrise son algunos de los ejemplos que demuestran que las formas y colores de una bebida no sólo se encuentran en la apariencia exterior, conocida por todos los amantes de los cócteles. Sino que la magia también está dentro de estos líquidos, en sus detalles más íntimos. 

No dudamos de que este caso nos lleva a una conclusión: ciencia, fotografía y arte pueden estar unidas bajo el paraguas de la creatividad.